lunes, 24 de mayo de 2021

El tiempo

El tiempo no es el tiempo que era, mi vida. 
Ha pasado rápido. Muy despacio, a la vez. 

Los cuadernos se han amontonado. Las palabras se han vuelto ora especialmente tímidas, ora más punzantes. Como si el tacto de las flores fuera de acero oxidado o miel podrida o cualquier cosa que no es delicada o bella.

La realidad es algo especial e individual. Igual que el tiempo. Las oportunidades de amasar momentos que se tatuen en la memoria con gracia están a nuestro alcance pero nos han cortado las manos. Los pies. Nos han vendado los ojos. Inspiro.

En los últimos años han pasado muchas cosas. Dejé Madrid y emprendí un viaje que nunca terminó. Dormí en desiertos y cerca de volcanes e islas casi desiertas. Aprendí cosas que serían imposibles de alcanzar si no me atreviera a ser todo lo que nunca fui. Y trato de seguir haciendo. Aunque sea fácil de escribir y a veces casi imposible de hacer. Expiro.


Otro continente otra ciudad. Todo es diferente. Todo tal vez sea igual. La experiencia de la vida en sí. El momento de volver. Escribir lo que nunca me atreví a compartir y todo lo que me atreví a explorar. El ser. La tierra. El amor. La divinidad de las prácticas sagradas del yoga. La meditación. Astrología. Diseño Humano. Reiki. Rituales de tatuaje. El río sagrado que suena cerca de mis pies. La pasión por servir a la humanidad y expandir las fronteras auto-construidas en la mente y el cuerpo.

Siento que el momento de compartir ha llegado.
Volver aquí.
Ahora.
Porque.


El tiempo no es el tiempo que era.

Yo tampoco.

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