lunes, 29 de abril de 2013

He

He venido a contaros que el otro día no tuve miedo. 
Que aprendí a salir de la cama 
de madrugada para 
ver la nieve caer. 
Unos cinco minutos. 

Tal vez diez.

Y que luego me dormí y no soñé. 
Sin temblar de frío. 
Por primera vez en mil meses. 

No tuve miedo.

(He venido, también, a adelantaros que pronto, muy pronto muy muy pronto, un objetivo grabará mis ojos sin grabarlos. Que os voy a dar la voz de mis palabras. Y pies descalzos. Y el filtro de mi realidad. Un trocito de puntos infectados. Tantos. Pero ssshhh.....

Que las gracias. 
Daros. 
Necesito. 
A vosotros. 

Todos. 

Las tantas infinitas gracias por leerme por escribirme por comentarme. 
Por estar aquí. 
Y allí. 
Y tan dentro. 
Y tan siempre. 
Tan de verdad.)


4 comentarios:

  1. ¿Por qué todo lo que escribes es taaaaaan genial?
    Un beso enorme desde cuandolaimaginacionvuela.blogspot.com <3

    ResponderEliminar
  2. Dejar de tener miedo es dar un gran paso hacia eso que llaman, comenzar a vivir...

    Saludos!

    J.

    ResponderEliminar
  3. qué bonito el primer párrafo, a mí sí me gustaría salir de la cama y ver la nieve, aunque sea sólo una vez, aunque sea.
    es la primera vez que te leo, pero me pasaré de vez en cuando, que da gusto leerte.

    un saludo.
    (buenas noches)

    ResponderEliminar