sábado, 26 de enero de 2013

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Recuérdame que entre tus pulmones me quedé dormida tantas vidas

Sin querer.


martes, 22 de enero de 2013

Una mirada de recuerdo

(ayer.)

Tres mujeres arrugadas y rubias sentadas en una parada de autobús. 

El sol castiga a tres mujeres rubias con luz mientras yo paso de largo porque tengo prisa.

(ayer, otra vez.)

 Me paré a observar a tres mujeres arrugadas y rubias que esperaban el autobús. Estaban sentadas una al lado de la otra sobre el banco descorchado de la parada. Estaban caladas. 
De La Luz. 

Tenía tanta prisa que tuve que pararme. 
Un segundo.

Para.

Mirar. 
Y recordar siempre desde entonces a tres mujeres arrugadas y caladas de sol que nunca sabrán lo preciosas que salen en la fotografía que baila con su pelo mientras nada en La Luz de mi memoria.

(ayer nunca termina)

Mi memoria no es luz. Recuerdo la luz jugando con tres melenas rubias tan diferentes como arrugadas. Su memoria no es luz. Están solas. Tiemblan de frío. Me paro pero paso de largo porque tengo prisa. Por qué. Tiemblan de frío. En la memoria no hace frío pero tengo prisa.


viernes, 18 de enero de 2013

Café


(No puedo respirar cuando escucho música entre tus venas. Respiro pero no puedo respirar.) 

He visto a un cura echando agua bendita a perros vestidos de personas. No sabían por qué estaba pasando así pero. Qué sabré yo de las personas que acompañan perros vestidas de personas haciendo cola en la iglesia para recibir gotitas de agua bendita.

He querido aprender a creer en Dios porque quiero que una oración  me reconforte de la misma manera que esas personas que visten a sus perros de personas y esperan en la puerta de la iglesia para recibir gotitas de agua bendita.

No he podido aprender a creer en Dios porque pese a buscarlo minuciosamente por todo mi cuerpo y todos mis pulmones, estómagos e intestinos, y todos los mapas y todos los planetas y constelaciones que, hasta me he atrevido a inventar, he llegado a la conclusión de que no existe o es invisible.

(Sólo soy un espejo colgado en la pared porque nunca aprendo a respirar en la puerta de una iglesia.) 



miércoles, 16 de enero de 2013

Dieciséis de enero

(respiro)

Persona intercambia pañuelos por La Voluntad entre los coches que esperan la luz verde de un semáforo rojo en la rotonda de Puerta de Toledo en Madrid.

(los coches son escaparates de otras personas, inspiro)

Persona intercambia pañuelos moldeados en forma de inodoro por Doscientosmilypico Monedas en una Galería de Arte situada pocos metros de la Quinta Avenida en Nueva York.

(noquierorespirar, respiro)

Persona muere de hambre mientras otra muere de amor mientras, otra sólo puede pensar en cacahuetes mientras otra está a punto de caer, rompiéndose un brazo mientras, otra sorbe café a cucharadas  mientras otra vive del amor que siquiera es amor pero eso aún no lo sabe. Mientras.

(inspiro)

Las personas ya no se asombran porque cada vez es más fácil olvidar las características generales de cuándo se siente o cuánto se tiende a no sentir. 

(respiro)




martes, 15 de enero de 2013

Un conjunto complejo

(He roto el estricto régimen de despedidas 
porque 
no quiero evitar llorar. 

Evitar llorar 
es para 
los que no se parecen a mi en absoluto.) 




Hola. 

Soy tu recuerdo de cuando me conociste. Tengo el pelo enredado hasta las rodillas. Te gustó encontrar fuego para el humo que tanto adora tus pulmones.

Te quiero.

miércoles, 9 de enero de 2013

Título de entrada, parte dos de tres

Una simple operación me ha buscado. 

Un verbo que tal vez nunca existe. 

(un perfecto
lugar 
mal 
jugado) 

Un lunar me ha provocado, no sé muy bien cómo, todas las lágrimas con las que escribo cuánto me gustaría tener pies en vez de alas. 

Un 
lunar 
me 
ha 
regalado
          (, no sé muy bien dónde,)
todas
las 
náuseas 
que 
nunca 
quise 
tener

Las náuseas que una vez pinté por saber por qué se siente.

(Lo intenténtaré)


Nada detiene a la muerte, recuerdo número uno.

(acabado)



domingo, 6 de enero de 2013

Yo

Me gusta la noche.


Me gustan los cuadernos.

También me gusta Chopin y el helado de menta con trocitos de chocolate.

A veces no puedo dormir. La imposibilidad de concebir sueños me lija la piel. Unas terribles ojeras aplastan mi cara. Escucho el eco del eco de un latido. Respiro. Inspiro. Respiro. Inspiro.

Escribo tantos cuadernos como noches.

Una vez tuve seis años e intenté ser bailarina. Mi abuelo era mago porque salíamos de paseo en barco cuando me tumbaba sobre sus rodillas. Mi madre cocinaba café y cuentos cada mañana. 

Nunca aprendí a bailar.

Me gusta la noche que dibujé en mi primer cuaderno.

Soñaremos

Será el año que viene. Fumaremos más que nunca. Tendremos más frío que sueños. Fumaremos más que nunca. Soñaremos menos que siempre. Será el año que viene. 

Una vez dijiste que las mejores canciones nunca existieron antes de los corazones rotos. Soñaremos.
Una vez. Yo.

Dije que una manzana y tu corazón se parecen demasiado para ser tan diferentes. El año que viene.

Nunca quiero tener hogar pero tú eres un hogar. Porque lo que no se ve no existe, claro. 

Que soñaremos. Y me inventaré un infierno que huele a jazmín y moriremos de frío. 

No soñaremos.